05/05/2024

Milei asume la presidencia con la promesa de duros recortes y más crisis

“Hoy comienza una nueva era en Argentina”, proclama el nuevo mandatario argentino, que asegura que “no hay alternativa” al ‘shock’ fiscal que su Gobierno llevará a cabo.

Javier Milei juró como nuevo presidente de Argentina este domingo. Lo hizo en el recinto del Congreso de la Nación en la ciudad de Buenos Aires, ante la expectativa de millones de argentinos que lo votaron, muchos de ellos congregados en la plaza para recibirlo, y el asombro o miedo de otros millones que siguieron la toma de posesión frente a sus pantallas.

“Hoy comienza una nueva era en Argentina, hoy damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive y comenzamos el camino de la reconstrucción de nuestro país”, dijo al dar inicio a su discurso en la entrada del palacio legislativo, rompiendo la tradición de hacerlo dentro, en el día en que el país cumplió 40 años de democracia.

Milei habló de pie, con la banda presidencial, acompañado por los pocos mandatarios que asistieron a su toma de posesión, como los presidentes de Chile, Gabriel Boric; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Ecuador, Daniel Noboa; y Paraguay, Santiago Peña; el rey Felipe VI; o los mandatarios de Hungría, Víctor Orban; de Ucrania, Volodímir Zelenski. También estuvieron presentes sus aliados políticos, como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, y el líder de Vox, Santiago Abascal.

Las miles de personas reunidas con banderas de Argentina, otras con el símbolo del león que lo caracteriza, recibieron con esperanza su discurso en el cual repitió su programa económico: un shock fiscal para el cual “no hay alternativa”, como repitió varias veces, retomando la consigna de “there is no alternative” enarbolada décadas atrás por la británica Margaret Thatcher.

El último mal trago

“Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo”, afirmó el nuevo presidente, que dio un cuadro catastrófico con datos macroeconómicos rápidamente cuestionados por periodistas y economistas. El diagnóstico ofrecido por Milei fue la base para anunciar que no habrá gradualismo, sino un shock fiscal con los consecuentes duros recortes en el gasto público.

“La solución implica un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PBI que a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado“, aseguró. Anunció a su vez que pondrá fin a la emisión financiera, “y con ello a la única causa de la inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos”, en un contexto de cerca del 150% de inflación interanual.

“Naturalmente impactará de manera negativa sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes, habrá estanflación”, anunció el presidente. La promesa fue que será “el último mal trago para recomenzar la reconstrucción de Argentina”, un país que, según el mandatario, era “la primera potencia en el siglo XX” y dejó de serlo por las “ideas empobrecedoras del colectivismo”.

El cuadro de situación presentado por Milei también hizo referencia al “baño de sangre” en el cual estaría viviendo Argentina, aunque, según el Índice Global del Crimen Organizado, el país está en el puesto número 21 en el ranking de todo el continente.

La expectativa social

Las fotos fueron inversas a 2015: entonces el Gobierno saliente de Cristina Fernández de Kirchner se iba con una plaza llena, y el entrante de Mauricio Macri lo hacía ante una plaza vacía. Ahora el presidente Alberto Fernández se fue en una notoria soledad política, y Milei asumió con una plaza llena primero frente al Congreso, luego desde la Casa Rosada.